Buscar el contacto con la naturaleza, la tranquilidad o simplemente la posibilidad de contemplación, no tiene por qué ser siempre fuera y lejos de nuestro hábitat diario, la ciudad.
Es más, tenemos que trabajar para que la ciudad sea, también, un espacio para el bienestar a través del contacto con los estímulos naturales. Espacios y zonas verdes, huertos o bosques periurbanos son inversiones necesarias. Pero también podemos encontrar momentos de reconexión en cada esquina y calle de las ciudades. Aprender a detenernos un instante para observar y apreciar cuanto nos rodea también forma parte de la sostenibilidad.